BARTOLOMÉ ARZÁNS DE ORSÚA Y VELA.
La obra de Bartolomé Arzans de
Orsúa y Vela, aun hoy, no ha merecido tantos estudios como debería, dada la
gran riqueza que se esconde en su obra. Y que constituye de por si, en una gran
veta para los estudiosos de distintas ciencias y otras tantas disciplinas.
Obra aun poco conocida fuera de
los ámbitos académicos historiográficos. Merece mayor difusión, no a la manera
de los betsellers de moda, ni mucho menos; sino como una obra maestra artística
única; que refleja mucho de lo que fue la América hispánica de todo una época y
los resquicios de aquella, que forman la base idiosincrática de los pueblos de
“La Patria Grande” de hoy.
La monumental obra: “Historia de
la Villa Imperial de Potosí”, desde su aparición, al igual que el Cerro de Potosí,
se ha constituido, como dijimos: En un yacimiento único de inacabable riqueza. Una
veta infinita con distintos y variados recodos laberinticos, túneles y socavones
que sin embargo solo ha sido explotada superficialmente y que muy dentro
esconde una riqueza imperecedera aún desconocida. Queda mucho por descubrir de
esta maravillosa obra, joya de incalculable belleza que constituye sin duda el
legado más grande que tiene Bolivia y América en materia histórica, literaria,
sociológica, entre otras ciencias y disciplinas. Testimonio fantástico de una
época, un lugar y un momento sin igual en la historia universal y un largo
sinfín; aún por descubrir.
La Fiebre Potosina
Cuando Arzans emprendió su monumental
obra, misma que le ocuparía gran parte de su vida, sino toda. Lo hizo y esto es
evidente para quien haya leído tan solo y repito tan solo los famosos primeros
párrafos que inician con el capítulo primero, del libro primero de su obra. En
la que dice: “La muy celebrada, siempre
ínclita, augusta, magnánima, noble y rica villa de Potosí…” Notara el lector
que Arzans emprende e inicia su obra con una devoción, respeto, admiración y sobre todo un gran amor y pasión a su tierra
que le viera nacer y de la que era el hijo más devoto a la misma. Admiración y
amor nunca visto combinados de esa manera en otros cronistas que se ocuparon de
Potosí; enalteciendo sus minas, su riqueza y en algunos casos; hasta los hechos
más inverosímiles. (Lewis Hanke resalta esta tendencia que él llama; “Fiebre Potosina”.
Que consiste en exaltar a Potosí desde lo fantástico hasta lo irreal y
sobrepasarlo, tendencia que aún está vigente o que se ha vuelto más bien una
tendencia en quienes escribieron y escriben sobre Potosí y se dejan hechizar
por su grandeza hasta los límites más insospechados).
Un emprendimiento noble y la trilogía conceptual inseparable
Tierra, Villa y Cerro son los
elementos indispensables para su obra, elementos
potosinos a los que amo fervorosamente como ningún otro, y que constituyen la
base fundamental de su Historia.
No se sabe si Arzans imagino
siquiera, que el cerro daría aún, siglos después, más riqueza de la dio en esa
época.
Pero lo más sorprendente e
inaudito en Arzáns por aquella época, es
que emprende, su noble empresa por cuenta propia, sin intención financiera,
política o de cualquier otro beneficio que no sea el de rescatar del olvido la
historia de Potosí. Se sabe que no recurrió al patrocinio de ningún rey, conde,
virrey o noble alguno para la concepción
de su obra, ni mucho menos para su publicación. (Su hijo, quien habría de
continuar la obra que dejara inconclusa Arzáns, relata que un naviero de origen
francés, ofreció a Arzáns una gran suma auspiciando la publicación de su obra,
para que este se lo ofreciera al rey de Francia en calidad de obsequio. Arzáns,
rechazó categóricamente la oferta, pues creía que si a alguien debía de ser
obsequiada o dedicada su obra; en todo caso tendría que ser al rey de la corona
de España, reino del cual era un fiel vasallo). Por otra parte resulta ambigua esta
fidelidad hacia la corona de España. Potosí en esa época formaba parte del
gobierno de España, y era natural para un criollo; sentirse parte del mismo,
sin embargo en toda su obra Arzans muestra un decidido carácter americano;
él se siente de esta tierra, como de una
nación un tanto ajena a la española, en ese sentido Arzans ya se siente
americano. Y en todo caso; un hispanoamericano.
Queda en el misterio las intenciones
extraliterarias de Arzans si es que las hubo. En algunas partes de su obra se
queja el cronista, lo mucho que le cuesta adquirir papel, tinta y otros enseres
necesarios e indispensables para realizar y continuar con su obra. Seguramente
el artista se privó de muchos lujos y necesidades en favor del material urgente
que necesitaba para su obra. Recuérdese además que en Potosí más que en ninguna
otra parte de América y aun de Europa, los mercados y sus productos eran de
desbordante y elevado precio, más que en
ningunas otras; como el mismo autor refiere en su obra. Ese es un aspecto muy a
tomar en cuenta y muy digno de admiración para con el célebre cronista
potosino. (Más detalles en el sitio de internet: todosobrepotosi.blogspot.com)
El iniciador de una tendencia peculiar
A todas luces se nota que para
Arzans la principal intención es recuperar aquellas historias que circulaban
por la Villa de Potosí; en las voces de antiguos vecinos nobles, curas sermoneros,…
( en ese aspecto Arzans se constituye en el iniciador de los estudios
folclóricos y tradicionistas, como recalcara el insigne escritor y
tradicionista paceño; don Antonio Paredes Candía, quien lo consideraba el primer
tradicionista de América y de la que don
Ricardo Palma, fue su mayor exponente en el siglo XIX, junto a don Julio Lucas
Jaimes, Juana Manuela Gorriti, Nataniel Aguirre y muchos otros; que impulsaron
y crearon esta corriente literaria muy celebrada y característica de esta parte
de América) Arzans quiere rescatar del olvido los nombres de aquellos personajes
legendarios; que seguramente escucho en su niñez y a los que probablemente
conoció, al menos a algunos. El cronista quiere rescatar aquellos hechos
asombrosos que aún se sucedían en vida
del autor, sucesos milagrosos que involucraba, santos y santas, apariciones
sobrenaturales y un sinfín de historias que estaban dispersas en la tradición
oral del pueblo potosino y en manuscritos dispersos, etc.
Pero Arzans no solo se ocupó de
creencias y supersticiones populares o hechos históricos inverosímiles. Sobre
todo en la parte en la que él fue testigo y que oficia ya de cronista, enumerando no
solo aspectos religiosos, políticos, sino también; aspectos sociológicos,
humanitarios, jurídicos, etc. Hace conocer de tanto en tanto aspectos tan
cotidianos como el vestir, comer, los utensilios del cotidiano vivir, precios
de productos que llegan a la villa, etc.
No escatimó Arzans en lo que se
refieres a referir nombres y acontecimientos y a falta de datos específicos
Arzans los anota tal cual se lo transmitían sus fuentes, o en último caso; se
cree que el mismo los inventaba para dar coherencia a su historia y ¡que
historias contiene su Historia!, sobre todo referentes al siglo XVI Y XVII en
Potosí.
Una obra inacabable e infinita belleza
La concepción y realización de la
obra, fue de nunca acabar y con ello le trajo al autor; admiración y respeto; pero
por otro lado el repudio, persecución y amenaza por otros tantos.
Al parecer nadie como él; conocía
la historia, los misterios y carácter de la Villa y sus pobladores. Fue un
hombre que no faltaba a ningún acontecimiento festivo, social y religiosos de
su Potosí. Fue testigo de muchos acontecimientos importantes, que él reflejó en
su obra y que hoy son los únicos testimonios de los mismos. Conoció a grandes personalidades,
de los que habla en su historia. Vio los cimientos y la culminación de grandes
obras arquitectónicas que se construían en Potosí. De la que fue testigo. Pero
también fue testigo de la decadencia de Potosí. Su querido Potosí.
Todo lo que pudo lo anoto y todo lo que pudo lo contó en su obra. Quiso
hacer más. Pero como el mismo se lamentara expresando: “Hay tantas cosa que
decir…” no pudo culminar algo que el mismo se negaba a culminar.
Sin embargo su obra, la que pensaba
terminar en poco tiempo; se extendió toda su vida. Y esta quedo inconclusa. Su
hijo Nicolás, trato de continuarla y lo hizo en parte. Pero ahí quedo como queriendo
decir que aún había mucho por decir de Potosí. No pudo o no quiso culminar algo
que el mismo consideraba inacabable.
Por ello Bartolome Arzans de
Orsúa y Vela y su obra; son el vínculo perfecto, fantástico y maravilloso que
se tenga a la fecha, para remontarse al pasado glorioso y opulento de Potosí,
tierra a la que amo como ningún otro; sin parangón alguno hasta hoy.
Jose Luis Pérez Coro
Artista, escritor e investigador
historiográfico.
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