Autor: Jose Luis Pérez Coro*
INTRODUCCIÓN.-
¿Quién fue Don Pablo Pérez
Maita?, (1954-2020) o Don Pablito, como comúnmente lo llamaban el pueblo
potosino. Su currículum de vida, tal como los hechos históricos y la
documentación lo confirman, fue: Excelente y destacado estudiante de las
escuelas: Eduardo Abaroa; José María Linares. Alumno sobresaliente del Colegio
Otto Felipe Braun (fundador) y alumno ejemplar del prestigioso colegio
“Atómico” Juan Manuel Calero.
Estudiante de la Escuela Nacional
de Maestros de la ciudad de Sucre. (Compañero de la famosa cantante chapaca
Enriqueta Ulloa). Ejemplar estudiante universitario de La Universidad Autónoma
Tomás Frías de la ciudad de Potosí.
Profesional y Master (Magister)
en contaduría pública y administración de empresas de la Universidad Autónoma
Tomas Frías y estudios de posgrado de la Universidad del Valle.
Docente universitario de la U.A.T.F.
Así mismo escribió algunos textos
y libros inéditos sobre finanzas y minería.
Fue así mismo gran deportista,
llegando a jugar en las Juventudes de Nacional Potosí, (el equipo del pueblo)
entre otros equipos de fútbol y básquet, entre otros deportes.
Por otra parte, fue trabajador minero,
Kuraca, Corregidor y autoridad de su región.
Como profesional, fue creador y fundador de la
fiesta de la papa en Betanzos-Potosí cuando estuvo en la planta de
experimentación agrícola y ganadera CHINOLI-IBTA. Así mismo trabajó en
Impuestos Nacionales entre otras entidades públicas y privadas.
Fue gestor y artista músico,
aunque también incursionó en las artes plásticas, pero más se decantó por arte
musical, (el canto, la guitarra y la música en general, eran lo que más le
apasionaba) fundador, propietario y director de algunos de los grupos
electrónicos más famosos del sur de Bolivia. (Grupo Libertad, Grupo Génesis.
Proyecto L, Grupo Prestigio, etc., junto a sus hijos, todos de Potosí y desde
Potosí).
Fue gran padre y amigo, padrino y
compadre de más de 500 personas entre parientes y no parientes.
En la vida social pública, fue un
querido y respetado dirigente político, reconocido por su honestidad y
habilidad intelectual, además de gran consejero de las nuevas generaciones. Gran
sindicalista y dirigente. De joven y universitario, se unió a las resistencias
contra las dictaduras y fue revolucionario en el proceso hacia la democracia.
En definitiva hizo mucho por Potosí, su
tierra, y consiguientemente por Bolivia, sobre todo al impulsar y fomentar la educación y la igualdad. Se necesitaría
muchas páginas, o varios libros enteros para detallar todas estas y otras
facetas de este prolífico potosino.
Pero en esta breve semblanza,
hablaremos de una pequeña parte de su niñez, como homenaje y para conocer a uno
de los potosinos contemporáneos, que luchó por la igualdad y la educación de
nuestra patria. Sirva este homenaje a su persona como agradecimiento.
EL COMIENZO.-
En plena ejecución de la
revolución nacional, desde el 52, en el máximo apogeo del gobierno del MNR, entre
reformas, revoluciones y conflictos sociales, etc., nace un 25 de enero de 1954,
el que sería: Pablo Pérez Maita, en Chaquí, Provincia Cornelio Saavedra, del Departamento
de Potosí-Bolivia.
Sobre su nacimiento, a manera de
curiosidad, él mismo manifestó en algunas ocasiones que había nacido de siete meses,
sietemesino, y de parado. (Es importante
mencionar que nacer de siete meses, de pie o parado, en la cosmovisión andina,
tiene mucha significancia y simbolismo. Algo considerado fuera de lo común,
como una señal o marca de lo venidero).
Tal vez por ello, cuando nació,
era muy pequeño y hasta su madre lo envolvía y le ponía más aguayo o bayeta a
la parte inferior de la envoltura o del hualtado, para que pareciese más grande
de lo que era en realidad, porque decían, era muy, pero muy pequeño. Sin
embargo, con los años crecería robusto y fuerte, y de estatura promedio, como
todos lo conocieron.
SU FAMILIA.-
Sus padres fueron: Don Cristino
Pérez Tumiri, (Agricultor, sastre, minero y dirigente sindical. Al quien
llamaban: “doctor” por sus cualidades y habilidades en la dirigencia minera y
por haber aprendido a leer y escribir por su cuenta y sin haber asistido a la
escuela, además por vestir en ocasiones especiales traje, paletó o terno de
gala).
Por otra parte, fue también
artista, hábil con el instrumento del charango y poseedor de una gran colección
de charangos en su casa.
Su madre: Doña Severina Maita,
agricultora, comerciante, ama de casa, gran mujer, de fuerte carácter, pero
amorosa con sus hijos.
Su abuelo y patriarca fue: Don Estanislao Pérez, combatiente de la
guerra internacional del Chaco contra el Paraguay y gran personaje de leyenda
en las regiones en que transcurrió su existencia, sobre todo por el sur del
país.
Su padre político fue don Lorenzo
Maita.
Su madre política fue doña Gregoria.
Una madre y abuela tierna, amorosa y de gran estirpe entre su región.
Fue así mismo, Don Pablo Pérez,
el mayor de 10 o más hermanos, de los
cuales tres murieron tempranamente y hasta tuvo hermanos gemelos que igualmente
fallecieron prematuramente. Entre sus hermanos están: Ana, Máxima (fallecida), Julio,
Jorge, Lucía, Juan, todos de Apellidos Pérez Maita. A quienes ayudó he hizo
estudiar e impulsó a salir profesionales, habiendo todos ellos ocupado grandes e
importantes cargos públicos y privados a nivel nacional.
Su esposa: Antonia Teodora Coro
Mamani de Pérez. Profesional graduada en Alta moda y costura, profesional
modista en corte y confección, además de comerciante, también fue una gran
esposa y buena madre.
Sus hijos: Jose Luis Pérez Coro,
Lourdes Cecilia Pérez Coro, Christian Pablo Pérez Coro y Luis Fernando Pérez
Coro. A quienes formó como profesionales en varias áreas científicas,
filosóficas y artísticas.
Sus yernas: Nancy Flores y Sandra
Condori. Mujeres de gran emprendimiento y de fuerte carácter.
Nietos: más de 11 nietos: Ludwig,
Erik Tupac, José Leonardo, Ángela, Abigail, Ian, Christian Fabián, Abigail,
Alex, Daniel, Christian Fabián, etc. A
quienes amó con todo. Estos son aun niños, pero dando sus pasos en el arte y
otra áreas.
LOS PRIMEROS PASOS EN LA ESCUELA.-
Sus primeros pasos en la
educación, las inicio y las cursó primero, en la escuelita: Eduardo Abaroa,
fundada por el que sería su futuro suegro: Lorenzo
Maita, en la localidad de Chaquimayu del Municipio de Chaquí. Antes de
trasladarse definitivamente a la ciudad de Potosí. En esa escuelita ya demostraría
las habilidades que le caracterizaría.
Es importante mencionar que su
suegro Lorenzo Maita, fue un gran
personaje, parte de la élite ancestral de los Charka-Qara Qara, inca y Lupaca. Durante
su existencia y en el auge de su poder, en varias ocasiones: líderes políticos,
mandatarios y presidentes de turno, acudieron a su casa en Chaquí y Chaquimayu,
para acordar alianzas o acuerdos con los líderes originarios de la región
potosina.
Con mucho esfuerzo junto a otros
dirigentes y autoridades originarias de su región fundaron la escuela Eduardo
Abaroa en la localidad de Chuquimayu del Municipio de Chaquí en Potosí. Entre
otras gestiones que realizaron en beneficio de su gente y su región.
EL ENCUENTRO CON LA PROFESORA DE SU NIÑEZ.-
Como curiosidad, en los últimos
años, entre 2016-2017 aproximadamente, Don Pablo tuvo un encuentro muy
especial. En aquella ocasión se encontró con nada menos que su primera profesora,
aquella, de la escuelita: Eduardo Abaroa.
Ocurrió que Pablo junto a doña
Antonia, su esposa, se encontraba un día en el Templo de san Clemente de Potosí
o en el domicilio de la instructora de catecismo. Ellos, como muchas veces, habían
sido nombrados como padrinos de matrimonio de una joven pareja.
No nos dijo exactamente, si esto
ocurrió en las previas a la boda nupcial, o el en el mismo acto de la ceremonia
de la boda.
Pero, la instructora de catecismo
y preparación, para sorpresa de todos los presentes, había sido en su juventud;
profesora de la escuela Eduardo Abaroa de Chaquimayu, una de las pocas escuelitas
del área rural de la región de Chaquí en las tierras del Potosí. Y que precisamente,
fue en la niñez de don Pablo, su querida profesora.
El encuentro fue casual y sorpresivo
para ambos y para todos los que estaba presentes. Ambos, profesora y alumno, se
reconocieron casi inmediatamente, ya sea por los nombres o por intuición, esas cosas
se quedan en el misterio.
Al verse, constatarse y
reconocerse, se abrazaron y se saludaron
emotivamente con mucha emoción, tanto de los dos como de todos los presente, hasta
seguramente del cura o párroco de la iglesia.
La profesora, muy emotiva y elegante,
ante todos; destacó al que había sido su alumno, que desde pequeño le había
llamado la atención, “era mi mejor alumno” el Pablito, decía emocionada y con
voz entrecortada por la emoción.
Entonces la profesora comenzó a recordar
perfectamente todas las ocurrencias y los momentos con sus alumnos de aquella época
y sobre todo del niño Pablito. Que ahora era una persona adulta, profesional,
un personaje respetado, padrino de muchos ahijados, en fin, estaba orgullosa de
su querido alumno.
Port su parte, Don Pablo,
destacó, que a aquella profesora, la recordaba en su niñez, muy linda, era la más linda profesora. Había
llegado a la escuelita muy jovencita y se quedó por mucho tiempo enseñando a
los niños en ese establecimiento.
“Era una verdadera señorita” decía,
y la admiraba por su belleza y su habilidad en la enseñanza y docencia. Gran
mujer de la que aprendió mucho para abrirse camino más adelante.
EN LA VILLA IMPERIAL DE POTOSÍ. Entre el estudio, revoluciones y
nacionalismo.-
Su padre, ya trabador de las
minas de Potosí, tomó residencia estable en la ciudad del mismo nombre, y se
estableció en varios lugares de las zonas mineras y populosas de la Villa
Imperial de Potosí., y así, el niño Pablo, desde muy temprano comenzó a ayudar
a su familia y a trabajar junto a su padre en los asuntos de la minería, en el
cerro de Potosí.
Entre las zonas o barrios en los
que más tiempo transcurrió junto a su familia, están los barrios populosos y parroquias de La
Concepción, San Sebastián, San Pedro y las zonas altas de Pampa Ingenio,
Calvario, Mercado Campesino, etc.
Pero una de las zonas entre las que
más tuvieron influencia en su crecimiento y formación, fue el barrio de San
Juan Bautista, en la zona céntrica-alta de la ciudad de Potosí.
Por aquellas épocas, pese a que
se estaban implementando grandes reformas revolucionarias en Bolivia, aún en la
ciudad de Potosí, se vivía una intensa discriminación y diferenciación de
clases sociales y, la clase minera, era una de las más discriminadas.
Los hijos de mineros generalmente
estaban destinados a ser mineros, así mismo los hijos de estos y así
sucesivamente en una cadena interminable que comenzaba con la explotación inhumana
y que terminaba con la muerte prematura del minero y su familia.
Los hijos de mineros, tampoco
estudiaban en las escuelas, primero; porque desde niños trabajaban casi todo el
tiempo en las minas y segundo, porque las necesidades económicas no les
facilitaba el lujo de permitirse una educación a la manera establecida en las
reformas educativas nacionales y revolucionarias.
Sin embargo, por la precocidad e
inteligencia del niño Pablo, sus padres lo inscriben para que asista a la
escuela y él comienza sus cursos y clases en la escuela José María Linares de la zona San Juan y allí da de alguna
manera inicio y continuidad a su aventura con el estudio, la educación, lo profesional
y descubre todo un mundo del que estaría consiente toda su vida, que era: la importancia del estudio y de la educación,
como una de las bases definitivas de vida de toda persona, además de la
importancia de la constancia, la enseñanza e instrucción. Eso lo pregonó e
inculcó toda su existencia a todos los que conocía o tuvieron contacto con él.
Es importante mencionar a este
respecto, que por aquella época, si un niño de padres mineros, tenía la suerte
de ingresar a la escuela, solo lo hacia hasta el nivel básico o primaria.
Y esto tal vez iba a ocurrir con
el niño Pablo, pero lo que le salvó de dejar la escuela, fue su propia inteligencia,
su carisma con la gente, los amigos, los profesores y sus habilidades tanto en estudio, como en deporte, así como en el arte.
Y su gran entusiasmo ante la vida.
Por aquella época, ya niño
sobresaliente, es elegido varias veces para izar la bandera nacional en su
escuela, todo un honor en su época, y que lo es hasta ahora para los que
valoran esos principios morales, éticos y patriotas.
Por todas esas dotes y
habilidades, muy pronto fue elegido varia veces para llevar el estandarte nacional, en desfile cívico y ser además, el abanderado de su escuela.
Por aquel tiempo, de igual
manera, recibe diploma de honor por ser
el mejor alumno de su escuela, (a la edad de 9 a 10 años aproximadamente)
cosa notable por todo lo mencionado.
Era algo inaudito por aquella
época, y que aún lo sigue siendo, ¿un estudiante hijo de minero, el abanderado,
el encargado de izar la bandera y además recibir diploma de honor por ser el
mejor estudiante de su escuela?, no era algo que se podía apreciar comúnmente
en la distinguida y clasista sociedad potosina.
EL ABANDERADO DE LA ESCUELA.-
Con todo y ello, esa etapa está
marcada por una anécdota triste con final feliz, de alguna manera, pues sus
padres al enterarse que debía desfilar llevando el estandarte nacional, un 6 de
agosto, día de la independencia de Bolivia, desfile de honor que se
desarrollaba y desarrolla por la Plaza de Armas de Potosí, debían comprarle
uniforme, guardapolvo, zapatos, en fin, todo lo que requería y no tenía. Sin
embargo con todo esfuerzo sus padres, le compraron zapatos nuevos, guardapolvo
y todo el uniforme de gala, para que lo luciera por el centro potosino ante las
autoridades.
Pero el niño Pablo, al probarse
los zapatos, aunque muy contento, muy
pronto notó que los zapatos, eran algo grandes, el guardapolvo de igual manera,
que le cubría casi hasta los pies, aunque todo era nuevo y reluciente.
Aun así, estuvo muy contento,
pues nunca antes había tenido algo nuevo que ponerse, no de esa naturaleza y en
esas circunstancias.
Por la mañana, muy temprano fue a
su escuela muy contento y uniformando, pero pronto recibió la burla de algunos compañeros,
por su uniforme demasiado grande y holgado para su estatura.
No sabremos si el niño Pablo,
lloró en ese momento, o los enfrentó, no nos dijo, pero al aparecer e irrumpir
un profesor, reprendió a los niños y más bien connotó el esfuerzo de sus padres
y que Pablito era merecedor del premio de llevar en alto el estandarte nacional
por lo que el niño se dio ánimos y orgullo de llevar ese uniforme y portar las insignias
patrias como premio por ser el mejor alumno.
Es importante acotar que muchas madres,
de ajustados recursos económicos, tenían esa costumbre que se la sigue hoy, de
comprar tallas más grandes en ropa para sus hijos, para que estos no la dejen rápido
cuando crecieran, que lo hacía rápidamente, y les durase más tiempo y así mismo,
en la práctica las sigan usando hasta la eternidad o la dejasen a sus hermanitos menores para
que ellos las luzcan de igual manera. Eran otros tiempos.
Esta y otras varias anécdotas las
vivió; unas tristes y otras felices el niño Pablo.
Desde esa vez, fue un ejemplo a
seguir para su familia, amigos y conocidos. Él fue el primer profesional de su
generación, de toda su familia y de su región.
Así fue el comienzo de su vida profesional.
Sin embargo, a punto estuvo de dejar la escuela, ya porque él quería trabajar ayudando
a su padre o por otras circunstancias.
Pero, para bien, y a consejo de buenos amigos de sus papá y de
sus profesores, recomendaron a sus padres, que el niño Pablo no debía dejar el
estudio escolar y más bien debían impulsar
los estudios y carrera de su hijo, que con toda la capacidad e inteligencia que poseía, les
decían, él iba a llegar a ser alguien en la vida, alguien importante, un gran profesional,
una persona que aportaría a su familia y al país, les daría estatus, sería el
orgullo de su familia, y sobre todo; un hombre de bien.
Uno de estos buenos hombres que
aconsejó a su padre fue: Don Cecilio
Coro, hombre generoso, gran artista (charanguista) y ejemplar padre de
familia, su esposa fue Doña María Mamani, en la actualidad casi centenaria,
mujer de fuerte carácter.
Y cosas de la vida, El joven
Pablo, llegaría a casarse con su hija: Antonia Coro, quien quedó huérfana de
padre muy niña.
Don Cecilio Coro, por otra parte,
fue ahijado de Don Estanislao Pérez, abuelo paterno de Pablo Pérez.
Así, el niño Pablo, dio
continuidad a sus estudios escolares, y en los ratos que no acudía a la escuela,
trabajaba, ayudando a su padre o en otros quehaceres y necesidades.
EL TRAUMA DE VIVIR DE INQUILINOS.-
Sin embargo, no fue del todo una
época muy feliz para él y su familia, pues constantemente sufría de discriminación
por ser hijo de minero, por ser humilde, por no poder costearse recreos caros,
etc. Y en las casas en que alquilaban, recibía maltratos, no podía jugar
abiertamente, ni nada lo que un niño en crecimiento y formación debía tener y
que hacer.
Es importante acotar, que su
padre Cristino y su familia antes que tuvieran casa propia, la familia Pérez
vivió por mucho tiempo en diferentes domicilios y zonas populosas de Potosí, en
alquiler.
En esas casas el niño Pablo, como
era el mayor de sus hermanos, recibió constantes maltratos por su condición de
inquilinos. Pero el niño Pablo tenía un
carácter fuerte y solía enfrentar a los hijos de dueños de casas e
inquilinos malcriados, y así mismo a los
compañeros de escuela abusivos, que trataban de humillarlo. Pero a veces no
podía con todos ellos a la vez. Pero con todo y ello, hizo muy buenos amigos
entre alumnos y profesores que lo apreciaron y aprecian hasta ahora.
Su padre, lo quería mucho y se
daba formas y maneras de darle todo a su hijito querido, por eso compraba
frutas y tal vez caramelos con mucho esfuerzo para su hijo primogénito.
Su madre, por su parte, tenía la
costumbre dejar estos alimentos en un lugar específico para darle a su hijo
cada tanto o cuando tuviese hambre. Pero por un tiempo, misteriosamente desaparecían
sin explicación alguna.
Su padre en alguna ocasión, creyó
que tal vez era su esposa la que por alguna razón no decía dónde estaban o
desaparecían, o tal vez los inquilinos o los hijos de los dueños de casa lo
hurtaban, en fin, no había explicación, solo que desapareciera misteriosamente.
Hasta que descubrieron,
anonadados, que era los roedores los que hacían aquello. Por ello y por otras
circunstancias, se fueron de esa casa, y
tuvieron más precaución a donde iban.
En otra ocasión, pasó algo muy trágico
y triste, y fue que uno niño malcriado y cruel, hijo del dueño de casa u otro inquilino,
no se especificó, maltrató al niño Pablo, que estaba muy pequeño, clavándole
agujas en sus brazos. Su madre no sabía de qué se quejaba su hijo, pero notó
que los brazos de su hijo pequeño, estaban hinchado e infectados. Desesperadamente
avisó a su esposo y averiguaron ambos todo lo sucedido. Y su padre furioso fue
a reclamar a los culpables, pero como no le hacían caso, lo insultaban y
denigraban, enfurecido enfrentó al dueño
de casa y lo escarmentó a golpes, pues su padre era de complexión muy fuerte.
Así nuevamente su padre tuvo que
buscar otro hogar menos cruel para su familia.
Luego con mucho esfuerzo, pero
con gran contento, sus padres adquirieron
un terreno y casa en la Zona de San Roque y Mercado Uyuni. Y así la vida de
Pablito, fue más placentera y así comenzaría otra etapa de su vida, que sería una
de las más felices para él y para su familia.
Los maltratos de alguna manera,
por lo menos en su casa, habían terminado.
ENTRE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA, OTRAS HISTORIAS DE SU VIDA Y
EXISTENCIA.-
…Ya adolecente y en edad juvenil,
el Joven Pablo, (como le gustaba que lo llamen) y ya antes, estando aún en escuela,
comenzó a destacar como atleta y deportista, con ello también comenzó una de
sus etapas más felices y recordadas de su juventud.
Por otra parte, así mismo, comenzó su camino
hacia el arte, que lo continuaría hasta los últimos días de su vida, no sin
antes dejar escuela y enseñanza en todos esos ámbitos.
Por ello la historia y vida
ejemplar de Don Pablo, estará presente en quienes sigan el camino del estudio,
del deporte y del arte, pero sobre todo de ser útiles y ayudar a la sociedad
como personas de bien.
Pues el aportó con su persona y
actuar, para que las nuevas generaciones no sufran lo que él había sufrido,
como otros de su generación, pero que sin embargo, pese a todo ello, se formó y
aún formó a otras personas, como persona de bien, con el ejemplo de su actuar y
accionar.
Gracias por todo.
*Jose Luis Pérez Coro: Escritor,
historiador, artista, filósofo y poeta.
(Archivista-bibliotecario y
actual Vicepresidente de la Sociedad de investigación Histórica de Potosí
(SIHP)).
Imágenes, fotografías e
ilustraciones: Archivo de la familia Pérez.
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